"- ¡No quiero morir todavía! -gritó-. ¡Aún me duele la cabeza, estaré de mal humor y no lo disfrutaré!"

"Es un hecho importante y conocido que las cosas no siempre son lo que parecen. Por ejemplo, en el planeta Tierra el hombre siempre supuso que era más inteligente que los delfines porque había producido muchas cosas -la rueda, Nueva York, las guerras, etcétera-, mientras que los delfines lo único que habían hecho consistía en juguetear en el agua y divertirse. Pero a la inversa, los delfines siempre creyeron que eran mucho más inteligentes que el hombre, precisamente por las mismas razones." Douglas Adams

Guía del autoestopista galáctico
Douglas Adams




Un jueves a la hora de comer, la Tierra es demolida para poder construir una nueva autopista hiperespacial. Arthur Dent, un tipo que esa misma mañana ha visto cómo echaban abajo su propia casa, considera que eso supera lo que una persona puede soportar. Arthur huirá de la Tierra junto a un amigo suyo, Ford Prefect, que resultará ser un extraterrestre emparentado con Zaphod Beeblebrox, un pirata esquizoide de dos cabezas, en cuya nave conocerá al resto de personajes que lo acompañarán: un androide paranoide y una terrícola que, como él, ha logrado escapar. Douglas Adams fue el creador de toda una serie de manifestaciones de la Guía del autoestopista galáctico: primero fue novela radiofónica, luego se convirtió en libro, series televisivas y teatrales, un juego de ordenador, cómics y toallas de baño. La película ascendió hasta las cumbres de la producción cinematográfica. Esta edición cuenta con entrevistas y materiales a partir del rodaje de la misma.

http://frikisreconocidos.com/2013/05/25/hablemos-de-libros-la-guia-del-autoestopista-galactico/
http://universodecienciaficcion.blogspot.com.es/2011/09/1979-guia-del-autoestopista-galactico.html
http://www.fabulantes.com/2015/09/guia-autoestopista-galactico-douglas-adams/

de la misma serie:
El restaurante del fin del mundo

Armados de la Guía del autoestopista galáctico, los protagonistas del libro más divertido que se recuerda continúan sus disparatadas aventuras, que les conducirán al asombroso Restaurante del fin del mundo. En esta segunda entrega de la «trilogía en cinco partes» de Douglas Adams (que gracias a las paradojas espaciales permite ser leída en cualquier orden), Ford Prefect, Arthur Dent, Trillian, Zaphod Beeblebrox y Marvin, el Androide Paranoide, se enfrentan a una tetera automática de la que sólo mana un líquido asqueroso, al planeta condenado porque sus habitantes tienen más zapaterías de la cuenta, a un olvidado transporte espacial cuyos pasajeros llevan novecientos años esperando que la nave arranque y, luego, al Restaurante del fin del mundo, situado en el momento del tiempo en el que el universo llega a su estrepitoso final: un inusitado número de cabaret, amenizado por la música ligera de la orquesta del restaurante. No termina ahí su odisea, porque a continuación viven otra aventura que les revelará el verdadero origen de la especie humana: una pandilla de ejecutivos de poca monta que fueron expulsados de su planeta por indeseables.

Douglas Adams vuelve a explorar las posibilidades hilarantes de la ciencia ficción, pero tomando también como base la tradición del humor de Lewis Carrol, que le permite inventar espacios impensables, objetos charlatanes y paisajes pintorescamente absurdos.

«Una de las mejores novelas de humor puro de los últimos años» (Antonio Saura Medrano).

«Las situaciones más divertidas y disparatadas se suceden a un ritmo trepidante. El espacio es una fiesta» (Jorge Berlanga).


La vida, el universo y todo lo demás

En La vida, el universo y todo lo demás prosiguen las cósmicas y cómicas aventuras iniciadas en la Guía del autoestopista galáctico y El restaurante del fin del mundo, la universalmente aclamada «trilogía en cinco partes» cuyos volúmenes (no nos cansaremos de repetirlo) pueden leerse de forma independiente, y que tuvo su continuación en Hasta luego, y gracias por el pescado e Informe sobre la Tierra: fundamentalmente inofensiva. En este libro encontramos a intrépidos y conocidos personajes: Arthur Dent, el único humano que sobrevivió a la demolición de la tierra; Marvin, el androide paranoide, el más depresivo robot de la historia de la literatura; Zaphod Debleebrox, antiguo Presidente de la Galaxia y un tipo muy presentable, a quien le ocurre tener dos cabezas. Y así.

«La vida, el universo y todo lo demás no puede compararse con nada publicado hasta la fecha... exceptuando quizá la Guía del autoestopista galáctico» (Peter Stoler).

«Un libro extraordinariamente ambicioso. Adams ha desarrollado la ciencia ficción hasta un grado casi imposible, jugando con las ideas y las palabras con un desenfreno que bordea la más absoluta temeridad... Cabe destacar, finalmente, un aspecto que, indiscutiblemente, confirma a Douglas Adams como un gran escritor: en este libro revela que el cricket es la clave para la vida, el universo y todo lo demás» (Pete Aston).


Hasta luego, y gracias por el pescado

Imposible cuarto libro de la trilogía iniciada con la explosiva Guía del autoestopista galáctico, trata acerca de los habitantes de un planeta que siempre eran desdichados y mezquinos, y de una muchacha que de pronto supo cómo convertir el mundo en un lugar agradable y feliz. Por desgracia, antes de poder contárselo a nadie, la Tierra fue súbitamente demolida para dar paso a una nueva vía de circunvalación hiperespacial... Desde el inicio están garantizadas nuevas y desternillantes aventuras del extraterrestre Ford Prefect y su amigo el terrícola Arthur Dent, que esta vez desembocarán en una apoteo­sis surreal: la inmensa y plateada nave espacial que desciende en pleno Londres capitaneada por Marvin, el Androide Paranoide...

«La más loca y extravagante serie de libros de ciencia ficción jamás escrita» (El Farmacéutico).


Informe sobre la Tierra: fundamentalmente inofensiva

 ¿Fue Elvis Presley secuestrado por los alienígenas? ¿Qué hace el terrí­cola Arthur Dent convertido en Hacedor de Bocadillos en un remoto y primitivo planeta cuyos habitantes adoran a Bob Todopoderoso y se dedican a la caza de unos absurdos bichos denominados Animales Absolutamente Normales? ¿Cómo ha podido la ahora intrépida reportera transgaláctica Trillian tener una hija con el terrícola antes mentado sin el previo concurso de un ayuntamiento carnal? ¿Por qué Ford Prefect está terriblemente cabreado con los nuevos dueños de la Guía del autoestopista galáctico, Empresas Dimensinfín? ¿Fue Platón quien sentenció «El Universo es lo que es, o lo tomas o lo dejas», o es acaso una máxima de algún filósofo cósmico? ¿Puede uno costearse sus devaneos interplanetarios vendiendo uñas de los pies y diversas secreciones corporales a bancos de ADN? ¿Cómo se consigue que un robot esté perpetuamente al borde del orgasmo? Todos estos inquietantes y trascendentales enigmas tienen su respuesta en esta novela, quinta parte de la trilogía Guía del autoestopista galáctico (y es que Douglas Adams, el escritor británico de mayor proyección interplanetaria, además de inventar la ciencia ficción cósmica y cómica, se empeñó en forzar una ya ineludible redefi­nición del concepto de trilogía).

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